La caída de cabello es un problema que ha acompañado a hombres y mujeres a lo largo de la historia, y es la historia misma la que nos muestra los diferentes remedios que el hombre ha intentado para atenuar algo que hasta la fecha continúa siendo un problema para muchos. Existen datos de que en el antiguo Egipto se acostumbraba a frotar la cabeza calva con una mezcla de dátiles, garras de perro y pezuñas de burro, todos molidos y cocidos en aceite, mientras que, en el imperio Romano un tratamiento popular consistía en frotar bayas de mirra en el cuero cabelludo.

Posteriormente con los avances de la medicina y de la cirugía comenzaron los primeros intentos de trasplante de cabello los cuales fueron realizados en animales en 1822 por parte de un médico cirujano alemán, y a mediados del siglo 19 un dermatólogo japonés, el Dr. Okuda, efectuó los primeros trasplantes de cabellos mediante grafts, sin embargo, sus trabajos no tuvieron el impacto merecido debido a la situación de la segunda guerra mundial la cual lo limitó de atención hasta muchos años más tarde.

A finales de la década de los 70´s y comienzos de los 80´s, diversas modalidades comenzaron a desarrollarse, las cuales consistían en el corte de un pedazo de piel cabelluda tomada de un área donante para posteriormente ser injertada en el área afectada, sin embargo, estas técnicas fueron muy desalentadoras al ir acompañadas de importantes complicaciones y resultados estéticos muy pobres.

Más tarde, en 1984 se da el avance más importante en la historia del trasplante de cabello con el concepto histológico de unidad folicular, el cual hace referencia a la visualización bajo el microscopio de familias de cabellos agrupadas en unidades foliculares y las cuales pueden ser de 1, 2, 3, 4 y hasta 5 cabellos, y es así como se da paso a una nueva técnica denominada FUT (Trasplante de Unidades Foliculares por sus siglas en inglés), la cual mantiene el corte elíptico de piel cabelluda del área donadora e incorpora la visualización de la misma bajo el microscopio para realizar así separaciones quirúrgicas de las unidades foliculares, las cuales eran implantadas posteriormente en orificios creados mediante cortes sobre la piel.

Esta técnica FUT es actualmente una técnica aceptada y aún ampliamente realizada, sin embargo, cuenta con algunas desventajas, dentro de las cuales se destacan en primer lugar la realización de un corte de piel que va en relación con el cálculo de cabellos requeridos y que por lo tanto resulta en la formación de una cicatriz permanente en el área donadora; y en segundo lugar, que la separación de las unidades foliculares exige la manipulación excesiva con probable daño de las mismas y lo cual se ve reflejado en disminución del grado de supervivencia de las unidades foliculares lo que continúa generando pobres resultados.

Estas observaciones llevaron entonces a retomar el trabajo que una vez realizó el Dr. Okuda en Japón, incorporando punches circulares con diámetros de 1 mm para la separación individual de las unidades foliculares, denominadas grafts, las cuales son tomadas directamente del sitio de donación. Así nace la nueva técnica FUE (Unidad de Extracción Folicular por sus siglas en ingles) la cual logra disminuir significativamente la manipulación de unidades foliculares mejorando con ello los resultados estéticos, siendo una de las técnicas más popularizadas en el campo del trasplante folicular, sin embargo, continúa presentando algunas desventajas en comparación con nuevas técnicas. Una de ellas consiste en que aún requiere de la realización de cortes sobre la piel afectada para la posterior implantación de las unidades foliculares o grafts, los cuales son implantados sin un control sobre la dirección y/o angulación de los mismos con lo que los pacientes muchas veces se encontraban con resultados poco naturales.

Es por esto que se continúo la búsqueda de nuevas formas más efectivas que garantizaran resultados mas naturales y por lo tanto más satisfactorios para los pacientes, con lo cual se desarrolla la última técnica en trasplante capilar conocida como DHI (Implantación Directa de Cabello por sus siglas en ingles). DHI es una técnica creada por el Dr. Konstantinos Giotis, comparte la extracción folicular realizada en la técnica FUE, sin embargo, su diferencia e importancia radia en que incorpora instrumentos únicos patentados ideados específicamente para la implantación del cabello. Estos instrumentos se denominan implantadores y consisten en dispositivo con una aguja ranurada sobre la cual se colocan las unidades foliculares individuales para su posterior implantación directa sobre  el área afectada, evitando  por completo la realización de cortes previos sobre la piel con las subsecuentes ventajas de menor trauma al área de implantación, pero más importante aún, disminuye por completo la manipulación de las unidades foliculares logrando con ello un grado de supervivencia hasta de un 95%, convirtiéndose actualmente en la técnica más novedosa, efectiva y exitosa alrededor del mundo.